La tradición de la ceremonia del té

En China se sabe del consumo de té verde desde el siglo IV. Las
plantas de té fueron llevadas después a Japón durante la época de la
dinastía Tang, cuando las relaciones e intercambios culturales entre ambos países eran intensos. Sin embargo, es hasta el
siglo VIII cuando se menciona por primera vez una ceremonia formal que involucraba tomar té, pero era muy distinto a la forma actual.
También durante el siglo VIII, un monje budista escribió un libro
sobre el método apropiado para preparar té. Este libro se conoce como
Cha Ching
y enseñaba la temperatura correcta del agua caliente, y el uso de vasos
de té. Se dice que el estilo de hoy en día evolucionó en gran medida
gracias a la influencia de este libro.
Durante el
periodo Nara, las plantas de té comenzaron a cultivarse en Japón para
fines medicinales
de sacerdotes y la nobleza. Para finales de la dinastía Tang en China,
tomar té pasó de tener fines medicinales a fines sociales, pero debido
al deterioro de las relaciones, esta nueva finalidad del té llegó más
tarde a Japón. Así, los japoneses tuvieron que formar sus tradiciones
propias y cultura en torno al té. Debido a que era un bien muy preciado,
durante el periodo Nara y
Heian,
las reglas y formalidades se basaban en este concepto. Si el té hubiera
sido originario de Japón, o hubiera existido en abundancia,
probablemente la tradición de la ceremonia del té (
茶の湯 o 茶道) no hubiera existido.

En 1187
Myoan Eisai, un sacerdote japonés, viajó a
China a estudiar filosofía y religión. Al regresar se convirtió en el
fundador del budismo zen y construyó el primer templo budista de la
secta Rinzai.
Se dice que fue el primero en cultivar té para fines religiosos, a
diferencia de otros antes que él, que lo utilizaban para fines
medicinales exclusivamente. También fue el primero en sugerir y enseñar
la molienda de té antes de añadir agua caliente. Un emperador llamado
Hui Tsung describe cómo se utilizaba un agitador de bambú para agitar el té después de que era servido. Esto aparece en su escrito
Ta kuan cha lun (Una visión general del té). Estos dos métodos formaron la base de la ceremonia como se conoce hoy en día.
Hubo conflictos entre los monjes tradicionales y las nuevas ideas
religiosas de Eisai. Sin embargo, el shogunato de Kamakura, que fue uno
de los primeros conversos, le dio protección. En 1211, Eisai fue el
primero en escribir un tratado del té en Japón. En su tratado,
Kissa Yojoki (Beber té es bueno para la salud), Eisai sugirió que tomar té traía
beneficios a la salud,
y curaba malestares como pérdida de apetito, parálisis, beriberi,
forúnculos y enfermedades por tomar agua contaminada. De acuerdo a él,
el té era la cura para todos los malestares, y tal vez a ésto se deba
que la ceremonia del té haya adquirido tal popularidad.
El té comenzó a esparcirse fuera del distrito de Uji, y la demanda creció junto con el número de plantaciones de té. La clase
samurai adoptó la tradición de la ceremonia del té y se volvió un ritual entre la clase militar de Japón. Para 1333, el
shogunato de Kamakura cayó y comenzó una guerra civil general en Japón. Con ello surgió una clase de
nuevos ricos los
gekokujō, con estilos de vida extravagantes y llamaban la atención del público por sus fiestas de té.

Durante la fiesta, los invitados jugaban a reconocer
honcha (té
original) de otros tipos de té. Se servían varias tazas de té y se
pasaban de una persona a otra. Tal vez de aquí se origine la tradición
de que se acostumbre pasarse el tazón de té entre los participantes de
la ceremonia de té. Sin embargo también puede que se haya originado en
la clase
samurai, que mantenía vínculos familiares fuertes, y
cuando la familia se reunía en ocasiones importantes, era costumbre del
señor feudal tomar el primer trago de
sake de un tazón grande y pasarlo a los demás.
En el periodo Muromachi, la arquitectura tuvo un cambio con la llegada de la clase
samurai. Los hogares comenzaron a disponer de salas utilizada como estudio, conocidas como
shoin. Algunos de estos diseños se adoptaron en la ceremonia del té, incluyendo el piso de tatami.

Cuando personas de otras clases comenzaron a interesarse en la
ceremonia del té, comenzaron a tener reuniones en habitaciones más
austeras conocidas como
kakoi. Uno de los diseñadores de estas
habitaciones era el sacerdote budista Murata Jukō. Más tarde llegó a ser
conocido como el padre de la ceremonia del té, porque la etiqueta y el
espíritu de la ceremonia se originaron en él. Después de llevar una vida
completamente dedicada al estudio del budismo zen, pasó años
perfeccionando la ceremonia y difundiéndola a quien estuviera
interesado.

Otro proceso importante que inició Jukō fue que él mismo servía a sus
invitados. La atmósfera íntima y personal era preferida en una
habitación para cinco o seis personas. Para finales del periodo
Muromachi, la cultura del té llegó a su punto más alto, y los devotos
del té le dieron varios nombres para distingir esta relación con el arte
del té.
Chanoyusha (茶の湯者) fue el nombre que se le dio a los maestros profesionales de este ritual. Un maestro de
wabi-suki (侘
びすき)se distinguía por tres características: fe en la realización del té,
habilidad para actuar con decoro propio de un maestro, y excelente
habilidad técnica. Finalmente, un
meijin (名人 )no solo cumplía con las cualidades de un
wabi-suki, sino que también era un coleccionista de los más finos utensilios de cocina chinos.